Esta delicia culinaria fue creada durante la década de 1920 en Suecia y Dinamarca, donde se conocen como kanelbulle (pan de canela), desde entonces son una tradición tan importante que cada 4 de octubre se celebra su día.
Tras la Primera Guerra Mundial, la escasez de productos los hizo un pan horneado solo en hogares adinerados, por el alto costo de sus ingredientes, sin embargo con el paso del tiempo se hicieron más populares y comenzaron a prepararse por todo el mundo. Los hay de diferentes sabores y su tamaño puede ir desde los 5 hasta los 20 cm de diámetro. Pero lo más importante es que son el acompañante ideal para una buena taza de café o té, sobre todo en la temporada de otoño e invierno. Además, su ingrediente principal, la canela tiene un aroma único que actúa como un relajante natural.
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