¿Comes solito o disfrutas de los alimentos con alguien? Aquí te decimos los beneficios de comer con compañía para tu salud física y mental.
El momento de la comida es uno de los favoritos del día, no sólo por las delicias que vamos a disfrutar, sino porque pasamos un buen momento con alguien. ¡Y los beneficios de comer con compañía son muchísimos!
¿Prefieres comer solito o te gusta la compañía mientras comes? Es momento de que lo consideres, y para eso, te presentamos los beneficios de comer con compañía para tu salud física y mental.
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Desde que somos niños, nuestra forma de aprender de nuestro entorno es a través de la imitación. Por ende, al ver comer a papá y mamá de forma saludable, es algo que se puede heredar.
El hábito de comer saludable es más fácil llevarlo a la práctica cuando comemos acompañados. Es más, aquello saludable que no consideramos tan rico (como las verduras) es más apetitoso con buena compañía.
No se trata de comer con pena, pero hay que admitir que nos medimos más en nuestro consumo cuando estamos con alguien que cuando estamos solos.
Además, estar acompañados nos da la posibilidad de compartir nuestra comida, disminuyendo, aunque sea poquito, las raciones.
Si hay algo de lo que disfrutamos mucho a la hora de la comida, es de una buena charla. Esto ayuda a comer con más calma y, por tanto, hacer una mejor digestión.
Pasa lo contrario cuando estamos solos, nos concentramos sólo en comer y no le damos el tiempo suficiente al aparato digestivo de procesar la comida, lo cual puede provocar mayor riesgo de obesidad.
Comer con alguien nos inculca buenos modales: desde pasar la sal hasta cuidar el no hablar con la boca llena.
Es decir: comer acompañado nos ayuda a ser más serviciales y ponerle atención a otras personas.
Según estudios, las personas que se acostumbran a comer acompañadas tienen menor riesgo de padecer depresión, pues el momento de la comida les ayuda a entrar en confianza y establecer una comunicación.
No sólo eso: los jóvenes que comen con su familia tienen menos a padecer trastornos alimenticios, como la anorexia y la bulimia.
Desde que somos niños, aprendemos hábitos saludables al comer acompañados.
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