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En la búsqueda de una alimentación más sana y llena de nutrientes, se ha buscado incluir variedad en la dieta diaria, con la finalidad de conseguir un organismo sano y ligero. Conoce las propiedades de la proteína vegetal y la proteína animal.
Proteína vegetal o proteína animal
Si te has preguntado a qué se debe el auge de muchos productos que hoy día llevan el título de superalimentos, la razón se debe a que gracias a todos los estudios científicos que se realizan para descubrir los beneficios que aportan algunos de ellos y sus efectos en la salud, se ha encontrado que muchos poseen nutrientes en grandes cantidades que por sí mismos son suficientes para una dieta completa.
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Así, la nutrióloga Paola Ordóñez, de la Universidad Iberoamericana, explica cómo esta exhaustiva búsqueda
arrojó que algunos vegetales son fuente de proteína y que, además, tienen otras bondades, como ayudar en la
pérdida de peso, ser ricos en antioxidantes, dotar de un buen número de nutrientes y, por si fuera poco, disponen de un alto
contenido en fibras, lo cual es vital para garantizar el buen funcionamiento del aparato digestivo.
La especialista recomienda que para tener una alimentación equilibrada es importante que al menos 50% del aporte diario de proteínas sea de origen animal y el resto vegetal, pues ambas son indispensables para que el organismo tenga un buen funcionamiento y se lleven a cabo todos los procesos bioquímicos que realiza, para lo cual se ayuda de los nutrientes que
diariamente ingieres.
“Las proteínas juegan un papel fundamental en la regeneración de las células y son las responsables de crear neurotransmisores, además, en el caso de las de origen vegetal, al ser de fácil digestión son más amables con los órganos internos, por lo que notarás que después de comer te sentirás ligera y con energía“, asegura la nutrióloga Ordoñez.
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La guerra entre proteínas es interminable porque se piensa que las primeras son mejores que las segundas; sin embargo,
cada una aporta sus propios beneficios y son indispensables para la salud. Esta es una radiografía de cada una:
Sus proteínas se encuentran en alimentos como lácteos, huevo y carnes rojas, de aves y pescado.
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Las puedes encontrar en alimentos como cereales, las leguminosas (el frijol, las habas, las lenteja, la soya y los garbanzos), así como en semillas y oleaginosas, entre las que se encuentran nueces, almendras, cacahuates, piñones, pepitas, linaza, chía y cáñamo entre otros.
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