¿Preocupada por la sana alimentación de tus hijos? Te contamos todo sobre la comida saludable para niños, ¡alimentación y nutrición infantil adecuadas!
La infancia es el periodo de la vida del ser humano caracterizado por un rápido crecimiento y desarrollo en el que la comida saludable para niños juega un papel muy importante tanto a nivel físico como emocional.
Esto preocupa no sólo a las mamás, sino a todas las personas involucradas en el cuidado de los niños.
A continuación tratamos de resolver las dudas más frecuentes sobre este tema y esperamos que te ayuden a fomentar en ellos hábitos saludables que durarán toda la vida.
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Comida saludable para niños
¿Es normal que mi hijo de 4 años coma “bien” unos días y “mal” otros?
Si, no te preocupes si el apetito de tu hijo varía día con día o de una comida a la siguiente.
Por lo regular, la apetencia de los niños disminuye al cumplir el primer año de edad y cambia dependiendo de si se encuentra en un periodo de crecimiento lento o rápido, de las actividades que realice, si se siente cansado, de que tan familiar le son los alimentos o de si está dando un “estirón”.
Cuando el niño no quiera comer, no lo regañes ni lo obligues, retira el plato de la mesa y ofrécele comida en la siguiente hora, seguramente tendrá hambre suficiente para disfrutarla.
Pero si tu hijo está renuente a probar bocado por más de dos días, averigua el motivo y haz los cambios necesarios (tal vez no le gustó que mezclaras los alimentos en el mismo plato o la temperatura no es la adecuada para él).
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¿Qué tanta comida debe ingerir un niño?
Para las mamás, el apetito de su pequeño es una guía confiable de la cantidad de alimento que necesita para su desarrollo y cubrir sus requerimientos de energía y nutrimentos; éstos varían de acuerdo a su edad, sexo, estatura, peso y qué tanta actividad física desempeña.
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Sin embargo, hay pautas generales que son de gran ayuda:
Las porciones.
Los menores de 6 años no pueden comer la misma cantidad que los mayorcitos (de 7 años en adelante) o que los adultos dado que su estómago es mucho más pequeño y porque necesitan menos calorías.
Una fórmula sencilla para saber la cantidad de alimento que debes ofrecerles es 1 cucharadita de cada alimento o platillo que prepares por cada año de vida.
Por ejemplo, a un niño de 2 años le debes servir 2 cucharaditas de chayote cocido y finamente picado, 2 cucharaditas de arroz y 2 cucharaditas de picadillo, y así sucesivamente.
Aprende los grupos de alimentos
Conociéndolos podrás planear menús variados, saludables y equilibrados para toda la familia, no nada más para tus hijos.
En el cuadro de abajo ejemplificamos el número de raciones de alimentos de cada grupo que deben consumir los niños de diferentes edades todos los días.
Foto: Archivo/Cocina Fácil
¿Cuánta leche debe tomar un niño?
Dado que la leche es fuente de calcio y aporta energía, se recomienda que los niños menores de 5 años beban de 1 a 2 vasos diariamente; pero si no les gusta, puedes cambiarla por un vasito de yogur al día.
Sin embargo, trata de diversificar las comidas para asegurar un óptimo crecimiento y desarrollo; no es sano que sustituyas alimentos que un bebé de 1 año ya puede consumir, con sólo un vaso extra de leche.
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¿Cómo afecta que coman a deshoras?
El hecho de que los niños no tengan una rutina estable de comidas promueve la obesidad y se vuelve una pésima costumbre. Recuerda que en la infancia se forman los hábitos de alimentación que durarán toda la vida.
El tipo de comida que ofreces a tus hijos es tan preponderante como el lugar y la manera en que lo haces. Servir las comidas en horarios regulares te permitirá saber con certeza la cantidad de alimento que consume tu hijo y podrás darte cuenta si existe algún cambio en su apetito que requiera de mayor atención e, incluso, una visita al pediatra.
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¿Cómo sé si mi hijo está creciendo normalmente?
Vigila que su peso y estatura sean adecuados a su edad. Cada chico es diferente y tiene un potencial de crecimiento determinado genéticamente.
La siguiente tabla muestra el promedio de peso y talla para niños de 1 a 6 años.
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Tabla de talla y estatura de los niños
Mi hijo no come verduras, ¿qué puedo hacer? (Comida saludable para niños)
Prueba presentarlas de forma atractiva, usa tu imaginación a la hora de prepararlas:
- Los niños prefieren las verduras crudas y con consistencia crujiente como pepino, jícama, lechuga, jitomate y zanahoria con limón. No las ofrezcas sobre cocidas ni batidas.
- Las cremas son otra opción que los niños aceptan muy bien; añade trocitos del queso de su preferencia o galletitas.
- Dales forma a las verduras con cortadores de metal para galletas (corazones, tréboles, flores, etc.).
- Usa el juego y la imaginación: una rodaja de jitomate puede convertirse en un payaso con cabello de lechuga, pon dos rodajas de zanahoria como ojos, una aceituna será la nariz y dibuja una rayita de mayonesa como boca. Invítalo a decorar él mismo su plato.
- Nombra los platillos con motes divertidos. En un estudio se demostró que aplicar esta técnica hacía que los niños en edad preescolar pidieran más verduras; por ejemplo, “zanahorias con visión de rayos x”, “sopa alfabeto”, “canastas de calabaza”, etc.
- Acompáñalas con salsas o aderezos nutritivos hechos con crema baja en grasas o yogur, vinagretas caseras o simplemente sal y limón.
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¿Debo exigirle que pruebe alimentos nuevos?
Es común que los niños rechacen cualquier alimento que no conocen sin siquiera haberlo probado, pero por ningún motivo hay que obligarlo.
Toma estas ideas para convencerlo y que lo haga por sí mismo:
- Muéstrale uno a la vez y en cantidades pequeñas.
- Acompáñalo con algo que ya conozca y le guste.
- Ofrece el alimento nuevo al inicio de la comida y sírvelo por 2 o 3 días.
- Dale a probar alimentos aun- que a ti no te gusten. Predica con el ejemplo, si quieres que coma verduras, tú tienes que hacerlo al mismo tiempo.
- Ten paciencia, aprender a aceptar nuevos alimentos puede requerir varios intentos.
- No insistas en servirlos cuando tu hijo esté cansado, irritable o se sienta mal.
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¿Hasta qué punto debo controlar su consumo dulces y golosinas? (comida saludable para niños)
Recuerda que los alimentos satisfacen el hambre fisiológica y emocional. Tu ejemplo y comportamiento frente a la comida será asimilado por tus hijos.
No los enseñes a manejar sus emociones por medio de la comida y nunca utilices golosinas para calmar un berrinche o como premio.
Evita aplicar el castigo de dejarlos sin postre ya que le estarás dando demasiado poder a este tipo de alimentos y más tarde será difícil hacer que modifiquen su conducta.
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En la alimentación diaria de los niños incluye en su mayoría, carbohidratos complejos (cereales, frutas, verduras, panes integrales, arroz, granola, pasta, leguminosas, tortillas, papa y elote); pero no los llenes con calorías vacías provenientes de azúcares simples como refrescos, caramelos, chicles, chocolates y pastelitos industriales.
Ten a la mano refrigerios saludables que los niños pueden comer durante el día: palomitas de maíz naturales, frutas y verduras frescas (manzana, jícama, pepino, zanahoria, piña), yogur, paletas heladas y licuados de fruta natural, pasitas, orejones, frutos secos (cacahuates, nueces, almendras), alegrías, galletas, sándwiches de pan tostado con crema de cacahuate, queso o atún.
No obstante, en situaciones especiales como fines de semana, vacaciones o fiestas, permite que tus hijos disfruten de las golosinas sin exagerar y dentro de una alimentación sana y equilibrada.
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¿Cómo ayudar a que mi hijo tenga un mejor rendimiento escolar?
Antes que nada, no te olvides del desayuno. Varios estudios comprueban que los niños que se “saltan” la primera comida del día obtienen peores resultados en las pruebas académicas que quienes se toman el tiempo para hacerlo.
Los efectos benéficos del desayuno se deben a que incrementa los niveles de glucosa en sangre, lo que a su vez activa un neurotransmisor (la acetilcolina) que está relacionado con la memoria. Desayunar contribuye a optimizar la actividad mental durante toda la mañana.
Entre los alimentos que motivan la concentración y memoria de los niños están: pollo, pescado, almendras, cacahuates, lentejas, garbanzo, soya, leche, quesos, yogur, pepitas de calabaza, ajonjolí, yema de huevo, hígado, carne, lechuga, germen de trigo, cereales para desayuno fortificados y papa.
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¿Cómo saber si mi hijo tiene anemia?
Si no quiere comer y notas que se siente cansado, está apático, no se concentra en la escuela, tiene mucho sueño, se enferma muy seguido, su comportamiento es diferente (se enoja o llora constantemente), se ve pálido o se marea, llévalo al pediatra para que le haga una valoración general y en caso necesario, se le deberán realizar estudios de laboratorio para determinar si el niño tiene esta deficiencia.